Encuestas en Eldorado: mentime que me gusta

Hay pocas cosas tan inexplicables como algunas de las encuestas que circulan en Eldorado con respecto a la votación para Intendente el 7 de mayo.

Desconozco, tal vez la haya, alguna que esté bien hecha y refleje, más o menos, la realidad de los votantes de la ciudad.

Como algo entiendo del tema tengo amigos que cada vez que les pasan una encuesta me la comparten y me pregunta ¿Qué te parece esta encuesta?

Invariablemente, hasta el día de hoy contesto: un mamarracho. Pero expliquemos los motivos para que se entienda.

Una encuesta debe partir de la base que el universo muestreado debe ser representativo de la composición de la sociedad tanto en su sexo, franja etaria, nivel socioecómico, nivel cultural, etc.

Si no se tiene en cuenta eso el muestreo está más hecho y las conclusiones de la encuesta darán mal. O por casualidad darán bien, pero no porque la encuesta esté bien realizada, sino porque quien hizo la encuesta tiene una suerte similar a la de ganar el Quini 6

Pongamos un ejemplo para que se entienda. Si vos hacés una encuesta para elecciones presidenciales y la provincia de Córdoba representa el 8,8% del padrón pero sobre mil encuestados tenés 200 que son e Córdoba (el 20%) con seguridad que el triunfo de Juntos por el Cambio sería mucho más amplio que la realidad. Lo inverso sucedería, con seguridad, si cometés el mismo error en La Matanza o el conurbano bonaerense.

Si los jubilados representan (es un ejemplo) el 20% de la sociedad y en tu muestreo el 40% son jubilados, dejá de robar la guita y dedícate a hacer otra cosa que no sean encuestas.

Pero más allá de esa cuestión metodológica en cuanto a cómo realizar el muestreo hay algunas encuestas que me compartieron que son francamente bochornosas: cuando sumás los porcentajes de los candidatos te da más del 100%, un milagro estadístico bien argento. Incluso ayer me pasaban una encuesta donde proyectados los indecisos te daba la suma el 146%. Y los imbéciles comparten la encuesta porque le da supuestamente arriba a uno de los candidatos.

Lo cual me lleva a otra pregunta que daría para otra nota ¿Quiénes no saben ni sumar, están en condiciones de gobernar? Y… medio difícil…

Cuando me pasan una encuesta de Eldorado antes de preguntar quién la hizo, con qué metodología, si es abierta o cerrada, cuántos casos, presencial o telefónica, tipo de muestreo, etc., lo primero que me fijo es si en la encuesta figura el PO. Si no figura ya me despierta sospechas porque quien la hizo no conoce la realidad de Eldorado. El PO tiene desde hace varias elecciones un voto consolidado de alrededor de 1500 votos (en algunas elecciones fueron más, sobre todo en una paso) que representa alrededor del 3% de los votos. Si me figuran un candidato con el 2% de los votos y el PO no está… da para dudar.

Después me empiezo a fijar en los otros datos de la encuesta, e intento averiguar quién la hizo, y qué tipo de encuestadores utilizó.

Me pasó hace aproximadamente hace un mes con otra encuesta que me pasaron que los datos parecían más o menos fiables, salvo algunos datos que llamaban la atención. Pregunto quién la hizo… “Nosotros”, me contesta el militante de ese sublema… ¿Quiénes fueron los encuestadores?, repregunto…. “Militantes nuestros” fue la respuesta… Sigo preguntando ¿Tuvieron en cuanta las franjas etarias, los niveles socioeconómicos, los hombres y mujeres, etc,?… “No… nosotros salimos a preguntar a las casas”… Bueno esa encuesta puede salir bien (siendo optimista y contando con la buena fe de quiénes la hicieron) e – como decimos en Córdoba – puro ojete.

Otro aspecto es la congruencia de los datos: si en la misma encuesta una fuerza política tiene una intención de voto a gobernador del 50%, resulta cuando menos extraño que sus candidatos a intendente concentren el 71% de los votos, porque significaría un corte de boleta desconocido en la historia política de Misiones de más del 20%. Lo cual, seamos sinceros, es muy raro.

Otra cuestión importante es si la encuesta es presencial (viendo a las personas encuestadas) o si fue telefónica.

Hay un descontento importante en la sociedad respecto a la política. Ello hace que mucha gente no quiera responder las encuestas, y está estudiado y analizado que quienes no quieren contestar una encuesta son mucho más proclives a cortar un teléfono, que decirle al encuestador a la cara que no quiere contestar. El cortar el teléfono es un acto contra alguien desconocido, el negarse a contestar a alguien que te está hablando correctamente, con respeto y mirándote de frente, es mucho más difícil.

Ello trae como consecuencia que quienes contesten las encuestas por lo general (tanto las telefónicas como las presenciales, pero muchísimo más en las telefónicas) sean aquellos que tienen una posición definida y quieren que su opinión definida sea conocida. ¿Hay excepciones? Por supuesto, pero esa situación ya te influye sobre la calidad del muestreo de la encuesta.

Para evitar eso siempre se incluyen algunas preguntas de reaseguro, para darle la mayor congruencia a las encuestas y a sus conclusiones.

Me imagino, tampoco es que sea muy imaginativo que digamos, que todo esto que escribí no le importará a nadie, que nadie le dará bola, o que algunos sostendrán “¿Quién es el boludo éste que habla como si supiera?”

Están en su derecho: a todos nos gusta que nos mientan un poco.

Pero por lo menos que nos mientan bien…

Digo… Para hacerlo más creíble…

Porque una cosa es que tomen por crédulo y bien intencionado, y otra que ellos te traten como imbécil.

Pdta. Ya lo dije pero lo repito: no vi ninguna encuesta en Eldorado medianamente bien hecha.

Juan Carlos Magliano

1 pensamiento sobre “Encuestas en Eldorado: mentime que me gusta

  1. Y también están los que contestan cualquier cosa en las encuestas…., para divertirse jajaja…
    Total… no da para mas…

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